El director cubano Machito afirmó que la salsa era lo que él
había tocado durante cuarenta años (entre 1930 y 1970 aproximadamente) antes de
que el género musical se denominara así. Por otro lado, el músico neoyorquino
de ascendencia puertorriqueña, Tito Puente, negaba la existencia de la salsa
como género en sí, afirmando que «lo que llaman salsa es lo que he tocado desde
hace muchísimos años: se llama mambo, guaracha, chachachá, guaguancó, todo es
música cubana».
El músico Eduardo Morales (1969-) define la salsa como «un
nuevo giro de los ritmos tradicionales al son de la música cubana y la voz
cultural de una nueva generación», «una representación de la identidad cubana e
hispana en Nueva York».[cita requerida]
No obstante, algunos autores señalan como un elemento
fundamental en el surgimiento de la salsa el papel de los músicos
puertorriqueños y su cultura, tanto en la isla de Puerto Rico como en su
diáspora neoyorquina. En ese sentido, se señala el peso específico de los
puertoriqueños en New York que, aunque minoría, eran numéricamente muy
superiores a cualquier asentamiento latinoamericano.
También se aduce que el corte en el intercambio cultural
entre Cuba y Estados Unidos ―producido como reacción contra la revolución
cubana de 1959― potenció el protagonismo de los puertorriqueños en la escena
musical latina de Nueva York.
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